Petit Hotel Chernobyl
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Petit Hotel Chernobyl: una obra que va al hueso

Escrita por Andrés Binetti y dirigida por Andrés Manasseri, Petit Hotel Chernobyl es una propuesta atractiva y misteriosa dentro de la escena independiente. En su nueva temporada, la cita es los viernes a las 21:30hs en Ítaca Complejo Teatral (Humahuaca 4027).

Petit Hotel Chernobyl, las cosas como son

Estamos en una habitación de hotel donde cuatro mujeres conviven y sobreviven. De diferentes edades y trasfondos, cada una pende de un hilo –cada vez más fino– que la ata a su realidad. Entre las paredes del cuarto se narran historias crudas y desesperanzadoras, con interpretaciones que se sienten a viva piel.

Dentro de la habitación hay un mundo pequeño, que tiene sus propias reglas. En él viven una docente retirada (Alejandra Oteiza), una tenista amateur (Martina Zapico) que no ganó un solo set en su vida, su entrenadora (Silvia Villazur) y una joven (Jowy Sztryk) que parece perderse en su propio mundo, pero cuyos dolores de cabeza la anclan al presente.

Lejos de ser un relato sórdido y pesado, esta es una tragicomedia entretenida de principio a fin. En el revés de cada vida devastada hay una interacción que da lugar a la comedia inesperada, que cautiva a los espectadores y los vuelve parte de la representación. Con cada diálogo entran más en sus modos, en su lenguaje, y comparten el absurdo que rodea a la situación.

Este es un relato que se cuenta desde los bordes. Las mujeres, al márgen de la vida y de sus vidas, se enfrentan cara a cara con sus temores, pero saben que para eso necesitan de la extraña protección que brindan las paredes del cuarto. Hasta en los momentos más tensos, se apoyan entre sí para no tirar la toalla.

El escenario de los bordes

La obra transcurre en su totalidad dentro de la habitación de hotel. Con solo 50 minutos de duración, asistimos a un relato convincente de principio a fin. No importa que acá se entrene y allá se estrene, los códigos compartidos entre el público y las actrices generan un vínculo atrapante y sostenido, que da ganas de quedarse en esa historia, de extenderle la mano a esas mujeres.

El aprovechamiento del espacio y las excelentes actuaciones dan vida al relato latente. Narrar lo crudo con humor y soltura, envueltas en las reglas de este pequeño mundo marginal, es una destreza natural en esta obra.

Martina Zapico, actriz que da vida a la aspirante a tenista en este grupo de mujeres, explica que desde el minuto uno supo que tenía que interpretarla: “Me invita a reflexionar, a pensar en un montón de cosas que en el cotidiano no vemos. La abracé con cariño y me propuse explorar su universo y encontré cosas hermosas dentro de tanto dolor”.

Respecto de la comedia como estrategia inesperada que aparece entre el público, Zapico se pregunta el por qué de la risa, y responde: “En esta obra es tan desesperante la vida de estas cuatro mujeres que no te queda otra que reírte. Nosotras no planteamos en ningún momento hacer reír (…). Creo que la risa surge pura y exclusivamente de la empatía que generan con el espectador”.

Finalmente agrega: “Es una especie de paradoja que tanta frustración acumulada pueda caber en un lugar tan pequeño y opresivo. Estas mujeres son carentes desde cualquier perspectiva que se las mire y en casi todos los aspectos imaginables”.

Precisamente, en el Petit Hotel Chernobyl se reúnen relatos cuyos acontecimientos calan hasta el hueso. Cuando el despojo es todo lo que las rodea, solo queda su historia y la puja por sobrevivir. No hay otra forma: todo lo demás ya no existe.

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA 

Dramaturgia: Andrés Binetti 

Dirección: Nicolás Manasseri 

Actúan: Silvia Villazur, Alejandra Oteiza, Jowy Sztryk, Martina Zapico 

Vestuario: La Costurera Teatro 

Escenografía: Vanessa Giraldo 

Diseño gráfico: Nahuel Lamoglia 

Asistencia: Luciana Sapia 

Prensa: Duche&Zárate 

Producción Ejecutiva: Nicolás Manasseri, Martina Zapico 

IG: @photelchernobyl.laobra 

Duración: 50 minutos 

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