Sexualidad y discapacidad: qué entendemos sobre lo que consumimos
Hoy en día las pantallas se introducen en la vida de las personas con mayor rapidez debido a que muestran infinidad de relatos a los que sería imposible acceder a través de la mera experiencia del día a día. Estas representaciones inevitablemente se entrelazan con la percepción alterando la subjetividad. Si bien está claro que a partir de estas representaciones cada sujeto es capaz de sacar sus propias conclusiones, las mismas están tan inmersas en la cotidianidad que pueden llegar a representar un obstáculo a la hora de intentar ver más allá.
Capacitismo
Desde tiempos inmemorables las personas con discapacidad han tenido que luchar contra el peso del desconocimiento general de la sociedad. La ignorancia propia de la población fomenta prejuicios y encasillamientos como la idea ampliamente extendida de que las personas con discapacidad son personas incapaces, vulnerables y/o enfermas.
Estos prejuicios crean bases sólidas para la habilitación del discurso capacitista, según el cual existe una forma univoca de cuerpos funcionales. Así, se genera la falsa idea de que existe un grupo con características superiores que no debería ser agrupado en el mismo modelo que la gente «incapaz».
Desde el incumplimiento del cupo para personas con capacidades diferentes en muchos ámbitos laborales hasta la inaccesibilidad para circular cómodamente por las calles de Buenos Aires, la expansión de esta idea absurda puede observarse en muchos ámbitos culturales, económicos y políticos de la sociedad. Incluso esta falta de solidaridad se refleja en la conducta social: la ocupación de los espacios de estacionamiento para personas con discapacidad, el bloqueo de las rampas en la vía pública y la ocupación de los baños exclusivos para personas con movilidad reducida son muestras de esta ignorancia generalizada.
Es importante replantearse el accionar mecánico de la vida cotidiana con el fin de desnaturalizar las conductas irresponsables y dañinas extendidas durante tantos años hacia las personas con capacidades diferentes. Nunca es tarde para marcar la diferencia y transitar un verdadero cambio social.
Discapacidad en la ficción
George Robinson es Isaac Goodwin en Sex Education.
Casi de manera inevitable, las ficciones audiovisuales inculcan estructuras que funcionan como una suerte de educación emocional. Por este motivo, es importante prestar atención no solo a lo que se muestra en ellas, sino también lo que no se muestra.
¿Qué tan común es encontrar personajes con discapacidad en las ficciones de las plataformas de streaming más utilizadas? ¿Cuántas de estas tienen protagonistas con capacidades diferentes en comparación a las ficciones capacitistas? Por otra parte, cuando las personas con discapacidad se encuentran representadas, ¿cuáles son las características que comúnmente se les adjudican? ¿se las concibe como personas deseantes o carentes de deseo sexual? Los interrogantes son muchos y las respuestas pueden resultar, lamentablemente, bastante desmotivadoras.
Raúl Areces Gutiérrez, autor de la tesis “discapacidad en el cine”, delinea muy claramente los parámetros casi mecánicos reproducidos a través de las pantallas. A través de su investigación, Areces Gutiérrez llega a la conclusión de que los contenidos existentes evidencian la escasa presencia y la inadecuada imagen mostrada por el cine acerca las personas con discapacidad. En general, estas figuras, cuando aparecen, se encuentran rodeadas por creencias negativas, estereotipadas e incluso hiper romantizadas.
Entonces, los personajes con discapacidad suelen ser retratados mayoritariamente como dulces, “especiales” e inocentes en los productos audiovisuales. Esta caracterización no solo los infantiliza sino que también incrementa la errónea idea de que las personas con discapacidad son sujetos asexuales, carentes de deseo alguno.
Sexualidad en el entorno cultural
Aunque el cambio de paradigma colaboró a disminuir la grieta que excluye a las personas con discapacidad, es preciso ser conscientes de los prejuicios que, aún hoy, se repiten a causa de la ignorancia.
En la actualidad todavía existen situaciones que resultan chocantes a pesar de encontrarse dentro del marco de lo legal como la falta de accesibilidad en bares o discotecas, o la falta de rampas y ascensores en albergues transitorios.
Con respecto a la relación entre sexualidad y discapacidad, diferentes sexólogas y sexólogos buscan erradicar el mito de la falsa asexualización que rodea a las personas con discapacidad a través de la información. El objetivo es que se comprendan los procesos de excitación y las distintas formas de vincularse sexo afectivamente por fuera de la concepción capacitista. Ficciones como “Sex Education”, “Don’t worry, he won’t get far on foot” y “The fundamental of caring” buscan generar una representación democratizada de la sexualidad para todos los grupos.
En este sentido, el núcleo de la cuestión sería replantearse cuáles son esas características que las personas creen que convierten a otro en un sujeto deseado y deseante. Aunque estas son infinitas, variadas y exclusivas de cada une, al re-pensarlas a nivel social estaremos cada vez más cerca de construir una sociedad donde la sexualidad no se base en preconceptos erróneos, sino en conexiones sexo-afectivas cuyo eje principal sea el placer y no la capacidad corporal.