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El corsé vuelve con tintes feministas

Hace ya más de un año empezamos a ver en las pasarelas de las marcas más importantes de la industria de la moda la aparición del corsé. Distintas celebridades comenzaron a popularizarlo hasta que llegó a nuestro país a fines del año pasado. La vuelta de esta tendencia genera polémica ya que en la antigüedad fue una prenda que reprimió y lastimó a las mujeres, sin embargo, hoy vuelve con otro objetivo.

El corsé como prenda opresiva

Si bien el surgimiento del corsé lo podemos situar en el renacimiento, fue una prenda que estuvo décadas en los armarios de las mujeres, desapareciendo por momentos y reapareciendo años después. Actualmente, la vestimenta se ha popularizado gracias a algunas cantantes como Rosalía, y surge entonces un debate sobre lo controversial que es utilizar una indumentaria que ha castigado al cuerpo femenino durante años.

En sus inicios, el corsé era rígido, incómodo y estaba construido con varillas de hierro o madera, que se colocaban en la parte frontal de la prenda. En el siglo XVI, este tipo de vestimenta se utilizaba para distorsionar la figura femenina, para que las caderas y el busto se vean grandes (signo de fertilidad) y la cintura pequeña.

corséEra muy típico usar el Tightlacing, que implicaba ajustarlo para que apriete lo máximo posible, lo que generaba daños en la columna, desmayos y hasta desplazamiento de órganos. Al mismo tiempo, cuando eran de hierro podían lastimar la piel y al estar oxidados, generaban severas enfermedades que llevaban a la muerte.

El corsé en la actualidad

Hoy en día, el corsé se re significa para las personas, tomando otra perspectiva y otro alcance. La prenda está realizada con telas más holgadas, no se utiliza tan apretado, y al mismo tiempo las varillas suelen ser de plástico o cartón (aunque algunos ni tienen). Lo visten tanto las mujeres como los hombres, lo que muestra una indumentaria unisex y admite el avance en la sociedad desde aquel momento en que se usaron por última vez.

Algunas marcas realizan los corsés a medida, es el caso de Natalia Martin, lo que habilita a que todxs puedan usar este vestuario que antes solo los cuerpos hegemónicos podían vestir. Al mismo tiempo, este vestuario realza la figura curvilínea de la mujer, que muchos años se ha intentado de ignorar y de establecer un estereotipo más delgado.

El corsé tuvo sus ideas y vueltas, pero uno de los momentos en los que pareció que había desaparecido para siempre fue luego y durante la primera guerra mundial. Las jóvenes debieron empezar a ocupar los espacios de trabajo, se empezaron a ver marchas feministas, y se emanciparon de esta prenda represiva.

corséFinalizada la guerra, la mujer ya se había liberado y ahora era independiente (en algunas cuestiones), podía fumar, tomar, manejar, se veía más empoderada.

Comienza entonces el estilo llamado “Flupper”, la silueta es rectilínea, el tipo de traje que utilizaba era la falda por debajo de las rodillas y la idea era marcar la cadera, no la cintura.

Luego de este momento histórico, hay nuevas hegemonías y estereotipos que insisten con mostrar una cintura marcada, pero sin la necesidad de volver al corsé.

En los 90s el diseñador Jean Paul Gaultier saltó a la fama por los innovadores corsés que le diseñó a Madonna, quien reivindicó esta prenda para mostrar la libertad y el poder femenino.

«El corsé es opresivo solo cuando se lleva por obligación… cuando se despoja de su función inicial, se convierte en un símbolo de liberación sexual», declaraba Madonna.

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