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Emily Brontë, feminismo en la época victoriana.

La historia de las mujeres en el mundo de las artes y la ciencia, así como en otros ámbitos, ha sido invisibilizada desde tiempos remotos. El campo de la escritura, también ha sido un arena de disputa que, ampliamente, fue dominado por los hombres. Emily Brontë se erigió, junto a sus hermanas, como uno de los pilares fundamentales de la escritura victoriana. 

El avance del movimiento feminista se ha encargado de hacer justicia en nombre de todas las mujeres que la historia y el patriarcado se encargaron de ocultar revelando detalles  y obras que hoy forman parte del mundo literario.
Si tomamos el caso de Emily Brontë, podemos mencionar que ella, no fue la excepción. Tanto Emily como sus hermanas Anne y Charlotte, se iniciaron en la escritura utilizando seudónimos masculinos que parasitaban sus obras pero, al mismo tiempo, les brindaba la posibilidad de escribir libres de cualquier presión de la época y los tabúes reinantes en la sociedad victoriana y conservadora.

 

Emily Brontë, feminismo en la época victoriana. | Rock y Arte - Divulgación Cultural

 

Las escritoras de la época, carecían de opciones al momento de publicar sus trabajos literarios: o escribían ocultando sus verdaderas identidades o bien, permanecían encerradas en sus hogares como fue el caso de Emily Dickinson quien a temprana edad, decidió recluirse en su habitación.

Emily Brontë: Feminismo oculto en escritura «masculina».

Con la finalidad de hacer un análisis de la escritura feminista oculta en escritores masculinos, es imperioso indagar más detrás de estos seudónimos ya que en ellos podemos encontrar a las más prodigiosas y destacadas escritoras del siglo XIX que, al ser canceladas en las artes, por el simple hecho de ser mujeres, debían convertirse en escritores con el objetivo de producir sus obras sin miedo a sufrir el rechazo de la sociedad y la comunidad donde vivían.

En cuanto a las hermanas Brontë, los seudónimos bajo los cuales producían sus escrituras eran Currer Bell y Ellis Bell. Bajo estos nombres, las hermanas lograron publicar sus primeras novelas. Emily, la autora de «Wuthering heights» (Cumbres Borrascosas) era el escritor Ellis Bell mientras que Currer Bell era Charlotte Brontë, la escritora cuya obra maestra es «Jane Eyre», la cual fue publicada en el año 1874. Por su parte, Acton Bell correspondía a Anne Brontë.
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Arte: Sujoy Basu

Los personajes creados en cada una de las novelas de las hermanas Brontë reflejaban a mujeres fuertes, valientes, independientes que vivían historias de amor muy apasionadas. Retrataban los abusos, la violencia doméstica, el alcoholismo, y situaciones de la vida cotidiana que no se les permitía explorar a las mujeres en la literatura porque era algo mal visto. Las hermanas Brontë eran vanguardistas para su época y escribían sobre lo que nadie quería escribir. Visibilizaban lo que nadie deseaba visibilizar.

En Cumbres Borrascosas, Emily Brontë no solo retrata el amor nunca correspondido entre Catherine Earnshaw y Heathcliff, sino que, dentro de la historia, hace hincapié en la encrucijada de violencia y maltrato. Describe una nueva forma de masculinidad que resultaba desconocida para la época pero que, con sus poéticas palabras, la autora logra describir la impunidad con la que los personajes poderosos, egoístas y lúgubres nunca reciben los castigos que merecen, ni mucho menos demuestran arrepentimiento alguno. Estos villanos carentes de toda moral se convierten en el centro de sus críticas vertidas hacia la sociedad patriarcal y las leyes victorianas del matrimonio.

Las caracterizaciones de sus personajes junto al poder de la narrativa de la autora y la estructura de su obra, en consonancia con las tendencias protofeministas que se pueden advertir, convierten a Emily Brontë en una escritora radical que aún hoy, a doscientos años de su muerte, sigue cautivando con su obra.
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