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GéneroSexualidad

Hablemos del goce del sexo en la vejez

Lanzan una campaña que busca naturalizar el goce sexual y la intimidad en la vida adulta. Let’s talk the joy of later life sex, titulo original de la muestra, busca acabar con el silencio social sobre estos temas.

El goce, placer y sexo son algunas de las palabras que hacen sonrojar, avergonzar y hasta a veces autocensurar a algunas personas. Para algunos hablar del sexo sigue siendo algo tabú y aún hoy, persiste en el imaginario social que los adultos mayores ya no disfrutan de su intimidad.

Sin embargo esas consideraciones son incorrectas, y desde la organización Británica Relate, junto al fotógrafo Rankin lazaron una campaña para generar consciencia sobre ello. Hablemos del goce del sexo en la vejez, es una muestra fotográfica que tiene como objetivo romper aquellos prejuicios sobre las parejas mayores y su vida sexual. 

El sexo no es tabú

La campaña, publicada el domingo 25 de abril de este año, fue producida gratuitamente por la agencia de publicidad y marketing Ogilvy. La misma se construyó a partir de distintas fotografías que mostraban a cinco parejas y a una mujer, en sus entornos más íntimos, evidenciando cómo es su vida íntima y la importancia que le dan a la misma.

Las imágenes, tomadas en blanco y negro, son acompañadas de textos que siguen la lógica de acabar con los estereotipos generados por el edadismo o la discriminación que padecen las personas mayores por su edad.

Además de ser una campaña que celebra el placer del sexo en la vejez, busca romper con la idea de que sólo los cuerpos perfectos y jóvenes pueden disfrutar de las relaciones sexuales.

“Nos propusimos mostrar lo que el sexo y la intimidad pueden significar en la vida posterior de una manera que nunca antes se había hecho”, declaran desde Relate.

Aseguran, además, que ésta campaña defiende la importancia del sexo y la intimidad en la vejez, explorando todo, desde el amor a largo plazo hasta nuevas aventuras, desde la tierna intimidad hasta las más atrevidas.

Gail Thorne, Terapeuta sexual de Relate, declara que está claro que tenemos que acabar con este tabú y hacer que la gente hable sobre la intimidad generacional de las personas mayores.

Existe la idea de que las personas mayores no deberían, no podían y no querrían tener relaciones sexuales y tener intimidad y explica que, rara vez, se habla o se escribe sobre eso, pero que de igual manera sabemos que para muchas personas mayores, el sexo y la intimidad siguen siendo una parte realmente importante de sus vidas.

“Tantas personas han estado separadas de sus seres queridos durante muchos meses debido a la pandemia, y se destaca la enorme importancia del contacto físico, ya sea un abrazo, tomarse de la mano o hacer el amor, y la felicidad que trae. Además de la soledad, puede ayudar a aliviar”, agrega.

Es sabido que el sexo y la intimidad pueden significar cosas diferentes para distintas personas y pueden cambiar con los años. 

“Sé por mis muchos años de trabajo como terapeuta sexual que el sexo aún puede ser muy importante a los 60, 70 y más, entonces ¿por qué las personas mayores tienden a quedar afuera de las narrativas sobre sexo e intimidad? Lo que el sexo y la intimidad significan para nosotros en todas las edades realmente varía, como lo demuestran las experiencias de los que aparecen en la campaña. Vivimos más tiempo que nunca, debe celebrarse tener una vida sexual saludable cuando envejecemos, declara Gail Thorne.

Las imágenes que presenta ésta campaña son de una amplia gama de personas mayores de diferentes etnias, tamaños, formas y orientaciones sexuales y las utilizan de tal forma que quede claro que todos podemos sentirnos empoderados para pensar y hablar sobre el sexo y la intimidad, sin importar nuestra edad.

Si bien queda un largo camino por recorrer para que se pueda hablar acerca del sexo sin pudor, esta campaña es una manera de iniciar, de a poco, conversaciones acerca de esto y alentar a demás personas, sea cual sea su edad, a hablar sobre ello sin sentirse avergonzados, porque no sólo los cuerpos jóvenes y perfectos tienen derecho a tener relaciones sexuales y a contar sobre ello.

Relate busca abrir los ojos de la sociedad a través de estas fotografías y aseguran que “ahora más que nunca quieren romper las convicciones” y declaran que necesitamos hablar sobre experiencias intimas, demostrar la grandeza del amor y el afecto.

Los protagonistas de “Let’s thalk the joy of later life sex” Hablemos del goce del sexo en la vejez, son personas maduras de diferente orientación sexual que han sido retratadas en situaciones íntimas para una campaña cuya misión ha sido abordar el estigma del sexo en la tercera edad.

Entre ellos podemos conocer la historia de Margaret quién enviudó y habla de cómo fue la vida sexual con su esposo, que define como intensa y declara que fue mejorando con el paso de los años.

sexo“Duermo todavía en la misma cama, en una cama doble, pero tengo una almohada a un lado para que cuando me vaya a dormir sienta que él está ahí. No necesito nada porque tengo buenos recuerdos y siento que él está ahí de todos modos”.

Andrew y Mark hablan sobre el sexo e intimidad que han tenido en sus últimos años.

“A medida que se envejece, simplemente hace las cosas de las que estaba demasiado avergonzado. A medida que envejecemos, nos volvemos más experimentales porque te cansaste de comer arroz y guisantes todos los días. Después de estar casado durante 53 años, debes darle un toque especial.

Daphne y Arthur explican sobre cómo va cambiando la percepción del sexo con la edad. 

“A medida que envejece, cuando el primer rubor de la juventud se disipa. Creo que la intimidad es algo natural porque la intimidad es compartir todo, no sólo tu cuerpo”, declara Daphne. 

También nos muestran la historia de Chrissie, quien se ha tenido que someter a una mastectomía doble y Roger, su compañero de vida. Juntos explican que no importa si físicamente pueden o no tener relaciones sexuales, ya que para ellos, lo que realmente importa es tener un momento de pura intimidad.

 “A medida que fui creciendo, el sexo se convirtió más en el resultado de una gran amistad. Más que ese deseo y necesidad físicos”.

Billie y Cora, quienes aparecen fotografiados abrazos en su cama, opinan sobre que el sexo no tiene nada que ver con la edad.

 “Creo que eres tan joven o tan mayor como crees. O cómo te sientes. Todo está en la mente. El sexo no tiene nada que ver con la edad”.

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Hablemos del goce del sexo en la vejez, evidencia que el amor y la intimidad no tienen límite de edad.

Transmiten un mensaje que demuestra la importancia que significa poder demostrar cariño a quienes amamos y, afirman que todos necesitamos de la intimidad y que la edad, realmente, es eso, es sólo un número.

La sexualidad durante la vejez

Los grandes prejuicios, mitos y las falsas ideas que tiene nuestra sociedad acerca del envejecimiento, tienen como consecuencia, una gran influencia en el modo en que las personas de edad avanzada vivencian y ejercen su sexualidad y su intimidad.

Caridad Llanes Betancourt, Profesora en la Ciencia del cuidado, explica que sólo la pequeña existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo en las personas mayores es totalmente negada y rechazada por gran parte de la sociedad más joven y hasta de los mayores mismos, puesto que se considera que en esta etapa de vida reina la pasividad, tranquilidad y la incapacidad de vivir una vida sexual. Todas estas ideas y creencias son cuestiones culturales que tienen actitudes negativas hacia la sexualidad en la edad adulta.

Ricardo Lacub, Dr en psicología de la UBA y especialista en ancianidad,  en su charla Ted, sobre Erotismo en la vejez, afirma que el deseo de tener todos los días una relación sexual o un acto sexual pueden disminuir, pero el deseo a dichos actos sigue estando presente en sus vidas. 

Aclara que ambas partes, en el acto sexual, tardan más tiempo en estimularse pero esto no quiere decir que sea menos exquisita, ya que estos cambios son esperables y no llegan a alterar la capacidad sexual de una persona sin importar la edad de la misma.

La vejez no es sinónimo de asexualidad, la ciencia siempre brindara ayuda y soporte a aquellas parejas que lo necesiten para poder continuar con sus actividades sexuales y poder satisfacer su deseo al goce.

“Existe una especie de operativo de represión cultural producidos por los jóvenes hacia las personas mayores, el cual afirma que estos cuerpos no se deben mostrar puesto que no son una realidad bien representada. Tendemos a calificar a estas personas mayores como seres asexuados, que han perdido sus deseos sexuales con el paso de los años y, mientras más años tenga, menos placer e intimidad tienen en la vida”, declara  Lacub.

Asimismo, concluye que una persona adulta puede encontrar el deseo a la actividad sexual, aun cuando por dificultades físicas no pueda llegar a tener relaciones sexuales, y seguir disfrutando su intimidad y sus encuentros sexuales. Porque más allá del cuerpo perfecto y trabajado, más allá de las medidas de bellezas mal establecidas del 90-60-90, existe algo que nos provoca sentimientos y nos produce felicidad ya sea un beso; una caricia, un te quiero o una masturbación. 

La salud sexual entre los adultos está vinculada completamente a la calidad de vida, la salud y el bienestar. En la vejez el impulso sexual se sitúa en el límite de las interrelaciones de la mente y el cuerpo, la sociedad a pesar de eso, piensa que la vejez es un periodo de vida sin deseos ni actividades sexuales, hasta son los mismos mayores los que a veces piensan que sus deseos sexuales van a disminuir con el tiempo y comenzaran a vivir periodos de vida son goce sexual.

En las mimas líneas, desde la página de Cinteco, Psicología Clínica y Psiquiátrica, presentan a Isabel Carrasco Cabeza, Licenciada en Psicología, quien asegura que este rechazo a la sexualidad geriátrica forma parte de varios estereotipos culturales los cuales pretende que las personas de mayor edad son débiles e incompetentes para tener relaciones sexuales.

Y, aseguran, que estos estereotipos son reforzados por las imágenes que las publicidades, el cine y, hasta a veces, los mismos medios de comunicaciones muestran sobre las personas mayores en dónde lo viejo se ha convertido y se muestra en algo feo, caducado e inservible que no tiene capacidad física y energía necesaria para llevar a cabo las actividades sexuales, pero esto no es así, ya que mantener la sexualidad durante la vida adulta es posible y sano. Ya que implica demostrar afecto y ganas de vivir y lleva a aumentar la confianza en uno mismo. Negarse a aceptar y continuar con las actividades sexuales a partir de cierta edad es aceptar estos prejuicios y estereotipos sociales.

Una realidad es que nos cuesta ver a las personas mayores fuera de sus roles familiares, siendo padres o abuelos. Es difícil que la sociedad conciba a las personas mayores como sujetos sexuales quienes buscan y disfrutan su intimidad y gozan su vida sexual adulta en pareja.

Igualmente, Isabel Carrasco Cabeza, declara que la etapa de la vida mayor de estas personas es la que se reencuentra con su intimidad. Se reencuentran consigo mismos. Le dan libertad a disfrutar nuevamente su intimidad y sexualidad. Se sienten jóvenes de nuevo, lujuriosos y sexuales. En esta etapa, la relación de amor en pareja se transforma en parte fundamental de la vida; porque está comprobado que los años de convivencia no menoscaban la intimidad. Muy por el contrario, los abrazos, los besos y las caricias ofrecen una nueva dimensión a las personas en esa etapa de la vida.

Antonella Rodríguez Lepore, Licenciada en Psicología, por su parte, declara que el deseo sexual aumenta o disminuye según el contexto y etapa de vida, y aclara que, cuando uno es mayor, la energía y el deseo sexual hacen que, teniendo mayor intimidad, una pareja pueda llegar a tener relaciones y actividades sexuales.

Lo que pasa con la sociedad es que la misma no cree que este tipo de deseos, es decir tener y poder disfrutar libremente una vida sexual, aun continúen en la vida de las personas adultas mayores. Puesto que la sociedad piensa que el mayor deseo de las personas adultas está en disfrutar los momentos que comparten con sus nietos, en poder irse de viaje y poder disfrutar de las cosas simples de la vida, declara.

Y, se pregunta ¿qué lugar le dan los demás individuos al deseo sexual de las personas adultas mayores?, ¿ellos mismos tienen reprimido el deseo sexual y lo subliman para el lado de compartir y disfrutar la vida en familia o realmente nosotros reprimimos su deseos sexuales, ya que tenemos en mente los estereotipos e imágenes que nos muestran día a día y concluimos que estos cuerpos sólo sirven para romantizar la vida en pareja? Y responde con que quizá, llegamos a reprimir estos deseos suyos porque los vemos como figuras paternas y no les permitimos tener lugar a deseos sexuales porque estamos vinculados con ellos familiarmente y nos cuesta ver a una persona adulta más allá de su rol familiar.

Asimismo Antonella Lepore, afirma que comúnmente no suponemos que los adultos tengan fantasías sexuales, incluso estas fantasías se las atribuimos a los jóvenes y pensamos que, realmente sólo ellos son quienes tienen un despliegue de la fantasía mucho más amplio que los adultos y esto, no siempre es así.

Afirma que la etapa de la vida del adulto mayor es el momento en donde la pareja se reencuentra con su intimidad en los momentos de soledad. Se encuentran con sus cuerpos evolucionados y con la libertad de poder darle lugar a sus deseos y fantasías sexuales, en los momentos en donde ellos se permiten gozar de su sexualidad  libremente.

Y concluye que es muy difícil que la sociedad considere a una persona adulta mayor como sujeto deseante y que hay que comenzar a trabajar estos temas puesto que es algo bueno empezar a mostrar estas cuestiones que son totalmente invisibilizadas por la mayoría de la sociedad.

Una realidad es que los estereotipos sociales no ayudan mucho, puesto que niegan la posibilidad de que la persona mayor mantenga su vida sexual activa; ya sea catalogándolo de ridículo o aceptando solamente la sexualidad en el matrimonio. 

Es sabido que la frecuencia sexual en estas personas disminuye, pero los sentimientos y afinidades se fortalecen con el paso del tiempo, se vuelven fundamental para esta etapa de vida, donde estos seres humanos toman conciencia que no quieren vivir en soledad sus últimos años de vida y esto resulta algo casi imposible para la mayoría puesto que la presión social apunta a desexualizar a los adultos mayores, y espera que los mismos cumplan con la imagen estereotipada de dedicarse a tener una vida tranquila y ser la clase social pasiva de la sociedad. 

«Desde los 14 años hasta estos últimos tiempos, el deseo sexual no me ha abandonado jamás. Un deseo poderoso, cotidiano, más exigente incluso que el hambre, más difícil a menudo de satisfacer», Mi último suspiro, Luis Buñuel.

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