Ocampo-Villa Ocampo
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Victoria Ocampo: legado de letras e ideales

Si de mujeres completas se trata, Victoria Ocampo cumplió con los requisitos necesarios para serlo y logró crear nuevos. Nacida el 7 de abril de 1890 en Buenos Aires, Victoria dedicó su vida entera al arte. Fue una escritora, intelectual, ensayista, traductora, editora, filántropa y mecenas argentina que no dudó en utilizar su posición en una familia aristocrática para brindar apoyo y reconocimiento, tanto a otros artistas como a movimientos de los cuáles ella formaba parte. 

La primera obra que publicó fue “De Francesca a Beatrice” editada por la Revista de Occidente con la ayuda de José Ortega y Gasset en el año 1924. Dos años después lanzó su segundo trabajo, una fábula escénica de doce cuadros titulada “La laguna de los nenúfares” y luego de unos años deleitó al público con “Tagore en las barrancas de San Isidro” publicada en 1961.

Victoria Ocampo

Pero no fue solo la escritura de libros lo que motivó a esta mujer curiosa e inquieta, si no que a lo largo de su vida tuvo la oportunidad de tomar partido, plantar bandera por lo que creía valioso y permitir que más voces sean escuchadas.

En 1931, alentada por sus compañeros escritores, Victoria fundó la revista y editorial Sur la cual promovió las obras literarias de numerosos autores y autoras, tanto nacionales como internacionales.

Entre los nombres más destacados se encontraron: Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Silvina Ocampo, Virginia Woolf, Jean Genet y Henry Miller. No conforme con eso, luego de años de haber formado parte de las manifestaciones de los primeros  movimientos feministas, intelectuales y antifascistas argentinos —y gracias a sus conexiones—, en 1936 decidió fundar la Unión Argentina de Mujeres, la cual se creó con el objetivo de defender los derechos civiles de aquella parte de la sociedad que había sido relegada al silencio. 

Villa Ocampo y Villa Victoria

Y para continuar con su entrega al mundo artístico e intelectual, a partir del año 1941 y hasta 1979 —año de su muerte—, Victoria se instaló en una de las residencias que pertenecía a su familia, conocida como Villa Ocampo ubicada en la localidad de Beccar. Pero más allá de vivir allí, la escritora vio la necesidad de crear un espacio en el cual los y las intelectuales de la época pudieran juntarse y debatir sobre los temas que atravesaban a la sociedad argentina sin temor a ser juzgados.

Como complemento, Victoria Ocampo supo aprovechar otra de las casonas de su familia como punto de encuentro y tertulias para todos aquellos que tuvieran algo para decir y compartir. Y para ello utilizó Villa Victoria, ubicada en la ciudad costera de Mar del Plata. Dicha casona fue levanta en el año 1912 con materiales traídos desde Inglaterra y ensamblada en suelo argentino. Desde su inauguración, la casa fue utilizada como residencia de veraneo de la familia aristocrática y luego, punto de encuentro de intelectuales y artistas. 

Ocampo y la lucha feminista 

La creación de la Unión Argentina de Mujeres en el año 1936 surgió luego de años de reflexión y estudio por parte de Victoria. Fue ese mismo año, previo a la inauguración de la UAM, que Victoria publicó su ensayo “La mujer y su expresión” en donde reflexionó acerca de la marginación de las mujeres y la dificultosa relación que dicho grupo tenía con la cultura moderna. Dicho ensayo surgió por el avance del régimen fascista en la Argentina y la propuesta de reforma de la ley 11.357 para hacer desaparecer —una vez más— los derechos civiles de las mujeres casadas que se habían logrado obtener en 1926.

Esa modificación supondría la falta de independencia del género femenino y la necesidad de la aprobación masculina para todo aspecto vital y monetario. Fue por ello que la Unión Argentina de Mujeres supuso un gran cambio y promulgó la detención de dicha ley con la presión ejercida por las mujeres de todas las clases sociales.

Entre los pedidos que hizo la UAM a medida que su mensaje logró expandirse por el resto del país, se encontraron: los derechos civiles y políticos de la mujer, el incremento de leyes protectoras, amparo a la maternidad, protección del menor y la disminución y prevención de la prostitución. 

Gracias a la insistencia, persistencia y fuerza de las mujeres que formaban parte de la UAM, la modificación de la ley finalmente fue anulada y el mensaje feminista llegó mucho más lejos de lo esperado. 

Por eso y por su integridad, carácter fuerte y decidido, Victoria Ocampo fue mucho más que una reconocida escritora. Luchó, ayudó y permaneció firme con sus convicciones sin miedo a que eso significara el final de su carrera.

No dudó en utilizar su posición acomodada y los recursos brindados por su familia para lograr todo aquello que ayudara a la causa. Victoria Ocampo supo aprovechar el poder de las palabras para abrir debates y conversaciones nuevas y necesarias. Su trabajo en vida no fue en vano y las repercusiones del mismo continúan hoy haciendo eco, al igual que lo hicieron cuando ella vivió.

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