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XR Argentina, activismo para salvar el planeta

La activista de XR Argentina, Ornella Belén, nos cuenta el comienzo del movimiento, cómo llegó a Argentina, sus planteos para salvar al ambiente y la forma de organización.

XR, Rebelión, o extinción es un movimiento nacido en el año 2018 en Inglaterra debido a la declaración de rebelión por parte de distintas personas hacia el gobierno inglés. A causa de la falta de estrategias gubernamentales con respecto a la crisis climática, este movimiento llama, en principio, a una desobediencia civil pacífica.

XR: el comienzo de la rebeldía

El movimiento XR surge como respuesta a la inacción de los gobiernos en un contexto donde se conoce, gracias a distintos actores e informes, que pueden desencadenarse distintas catástrofes irreversibles si el planeta supera un aumento de temperatura de 1,5° grados.

Este surgimiento coincide con la aparición de Greta Thunberg; el informe del panel gubernamental del cambio climático de la ONU; el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (en inglés, IPCC), el cual muestra no solo una base de datos armada por científicos de distintos países sino también los países adheridos; el informe del organismo de la ONU en relación a la biodiversidad  y el decaimiento de la población de diversas especies; la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (en inglés IPBES); etc.

Que plantea el movimiento XR

Las bases del movimiento son: en principio, que se diga la verdad sobre la situación climática y el tiempo real que se maneja para poder hacer algo al respecto. Según la activista, cuando comenzó el movimiento se sabía que solo teníamos 10 años para evitar daños irreversibles; en la actualidad el tiempo se redujo, quedando solamente 7 años para cambiar los modelos de producción, distribución y la forma de consumo.

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Estos tres modelos se consideran como los principales causantes del aumento de la temperatura global.

La segunda base es la acción inmediata: es necesario que se empiecen a tomar medidas reales para revertir o, al menos, atenuar la gravedad de las consecuencias.

Por último, la tercera demanda es la apertura de la democracia: se busca que las personas puedan decidir mediante plebiscitos qué es lo que quieren hacer.

“XR no plantea tener una solución a la crisis climática sino que lo que decimos es que si se dice la verdad y se comienza a actuar, después pueden ser los distintos territorios quienes decidan de qué manera quieren producir” explica Ornella.

Por otra parte, es importante que cada país, pueblo, o territorio analice no solo qué alternativas existen para los modelos de producción sino también de qué forma atravesarán un posible colapso climático. Si finalmente ocurriese una catástrofe ambiental de gran magnitud, los pueblos deberían enfrentarse a la escasez del agua, una menor proporción de alimentos a causa de la desertificación de muchas zonas del planeta, etc.

Formas de organización del movimiento

Desde la creación del movimiento en 2018 en Inglaterra (2019 en Argentina) su forma de organización es particular y descentralizada. Gracias a esto, todas las personas que estén a favor de incentivar estas demandas y representar a XR lo pueden hacer de forma autónoma. En todos los países donde se encuentra el movimiento, su organización es horizontal, no hay una persona guiando todo el movimiento alrededor del mundo.

Dentro del movimiento se dividen en distintos grupos de trabajo con el objetivo de que las actividades sean, de alguna manera, más organizadas. Asimismo, las distintas personas toman roles que conllevan alguna responsabilidad; de este modo, se permite una cierta autoridad sobre la posición ejercida y la no jerarquización de poder. En continentes como Latinoamérica, donde la destrucción ambiental es notoria, este tipo de organización permite una mayor agilidad a la hora de planificar protestas, intervenciones, etc., contra el avasallamiento del ecosistema.

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