Regina Pacini fue mucho más que la esposa de uno de los presidentes de la República Argentina, Marcelo Torcuato de Alvear. Ella es conocida por su condición artística y por su cantar inigualable que la llevaron a ser una destacada soprano. Pero sobre todo, hoy en día se la conoce por su valioso aporte a la historia cultural de nuestro país, por ser la fundadora de la Casa del Teatro que hoy en día sigue en funcionamiento en la Avenida Santa Fe 1243, ciudad de Buenos Aires.
Regina nació en Lisboa, Portugal, el 6 de enero de 1871 y a lo largo de su vida y gracias a su carrera artística, logró impresionar con su voz a miles de espectadores en los teatros líricos más importantes de Europa y América.
Pero no solo dejó enamorados a los amantes del buen teatro, si no que el 1º de septiembre de 1899, Marcelo T. de Alvear fue parte del público del Teatro Politeama, que la aplaudió de pie y quedó hipnotizado por su voz y su belleza.
Fue a partir de esa actuación que él no dudo en seguirla a cada una de sus presentaciones, cruzó océanos y gastó grandes sumas de dinero en regalos y flores para la artista.
Tras años de encuentros y desencuentros, de imposiciones familiares y prohibiciones, y bajo la mirada de una sociedad que no podía concebir que un miembro de la elite porteña se vea atraído por una artista extranjera, Regina y Marcelo se casaron en Lisboa el 29 de abril de 1907.
A partir de entonces fueron inseparables, viajaron, se amaron y disfrutaron de la fortuna de Marcelo sin ningún tipo de impedimento.
Su matrimonio estuvo lleno de alegrías y de romance, pero para que esto sucediera, Regina tuvo que renunciar a lo que más amaba en el mundo además de a Marcelo: su voz. El día de su casamiento, Regina Pacini de Alvear elegiría a su marido por sobre su carrera artística, y cantaría solo para él.
Dice la escritora Ana María Cabrera en su libro “Regina y Marcelo: un duetto de amor” que “Por su Marcelo terminaba ese día su vida de cantante. Dicen que no la escucharon reclamar ni quejarse de nada (…) se la veía luminosa en su plena felicidad”
Pero a pesar de no poder continuar con lo que ella tanto amaba, Regina no perdió su tiempo y durante la presidencia de Alvear, entre 1922 y 1928, se destacó en obras de filantropía y beneficencia.
Regina Pacini y la fundación de la casa del teatro
Entre otras acciones, construyó el templo de San Marcelo y el Colegio anexo. Y como jamás perdió su amor por el teatro y por el arte en general, y a pesar de no haber vuelto a subirse a un escenario, Regina supo comprender las necesidades de los artistas porteños y gracias a su sensibilidad artística, sus posibilidades económicas y su papel influyente en la política argentina, en 1938 se inauguró finalmente la Casa del Teatro.
Este edificio surgió para convertirse en un espacio de múltiples propósitos, pero con protagonistas únicos: los y las artistas que se encuentren en el territorio argentino y que necesiten un espacio cálido que les dé la bienvenida.
Dice Ana María Cabreara que la institución se levantaba en toda su grandeza y superaba en sus proyecciones a las casas similares de Francia, Italia y Brasil.
El acta de fundación de la Casa del Teatro decía así:
“Este edificio está destinado a refugio y vivienda de todas las gentes argentinas y extranjeras, a quienes mientras residan en la Argentina alcancen la pobreza, la invalidez, la ancianidad, entre las que hayan concurrido alguna vez al desarrollo y esplendor de la vida del teatro, comprometiendo por ello la gratitud social (…) asegurándoles un retiro libre y digno, que sea para ellos animado y resulte como su propio centro y hogar”
En la actualidad alberga a más de 40 huéspedes que carecen de recursos económicos y vivienda, y que han dedicado su vida a la actividad teatral y que contribuyeron con su esfuerzo a la formación de la identidad cultural.
Entre otros espacios, la Casa cuenta con el Museo Regina Pacini de Alvear, que reúne objetos personales y de su vida teatral, documentos, archivos fotográficos suyos y de los comienzos de la Casa del Teatro, libros y recuerdos.
Además, en la planta baja del edificio se encuentra La Boutique, una tienda de ropa enteramente dedicada a vender prendas utilizadas por figuras del mundo del teatro. Dispuestas de manera cuidada y ordenada, todas las prendas se encuentran en perfecto estado y son vendidas al público a precios accesibles.
La Boutique es una de las pocas actividades que genera ingresos para la Casa del Teatro, los cuales se utilizan para mejorar la calidad de vida de los huéspedes y mantener en buenas condiciones el edificio que a su vez genera puestos de trabajo y aporta identidad a la cultura del país.
Es gracias a la Casa del Teatro que hoy en día puede recordarse el nombre de Regina Pacini. El de su esposo, en cambio, al igual que todas las figuras influyentes de la política, puede leerse en calles, múltiples edificios y zonas de la ciudad de Buenos Aires.
Es por eso que es importante valorar el esfuerzo y el trabajo de Regina, la cual a pesar de no haber nacido en Argentina, se vio atravesada por la cultura del país, por sus artistas y por sus salas de teatro.
La cual, a pesar de no haber tenido obligación, decidió utilizar su tiempo y sus recursos obtenidos por el matrimonio para realizar algo que trascendiera, algo que lograra ir más allá de ella misma y que permitiera ayudar a los y las artistas que lo necesitaran.
Regina Pacini fue mucho más que la esposa de uno de los presidentes de la República Argentina, y aunque a partir de su casamiento no volvió a subirse a un escenario, fue una artista hasta el final de sus días y su gran obra continúa teniendo público hasta el día de hoy.
